En caso de sufrir un pinchazo en uno de los neumáticos de tu vehículo, el sistema más habitual para poder seguir circulando es la rueda de repuesto convencional o bien la de galleta, de tamaño reducido, pero existe otro sistema que puede sacarte del apuro: el kit antipinchazos de neumáticos. En cualquier caso, con todos ellos se recomienda circular el menor tramo posible antes de acudir a tu taller de reparación de coches de confianza.

Cada vez con más frecuencia, los fabricantes de coches deciden incluir el kit antipinchazos en sus modelos para reducir peso y consumos del vehículo, por lo que se está convirtiendo en una técnica muy popular y que, como todas, cuenta con sus ventajas e inconvenientes.

Entre sus puntos fuertes se encuentran el reducido espacio que ocupa, un menor peso y el aspecto económico, ya que es más barato que cualquier otro sistema de los anteriores. Sin embargo, su principal inconveniente es que se trata de un sistema exclusivamente de emergencia, ya que si el pinchazo es superior a 5mm o se produce en un flanco de la rueda puede no ser efectivo. Si tenemos la mala suerte de que el pinchazo sea grande, no queda otra opción que avisar al servicio de grúa para que trasladen el coche a tu taller de reparación (ya sea taller mecánico, o de chapa y pintura, en cualquiera de ellos podrán resolver la emergencia).

Además, no permite circular a una velocidad superior a 80 km/hora, es de un solo uso y es importante revisar la fecha de fabricación, ya que su duración es de 3 o 4 años. El líquido antipinchazos se puede adquirir a partir de 10 euros, mientras que el kit entero con compresor oscila entre 40 y 200 euros, dependiendo del compresor.

Existen 3 tipos de kit:

• Kit compresor: líquido que se infla cuando se aplica en el pinchazo y lo repara.
• Kit de espuma: rellena la rueda, reparando así el pinchazo.
• Kit para taponar fugas: masilla que se introduce en la fuga y luego se cauteriza.

Dicho esto, ¿qué debemos hacer si sufrimos un pinchazo y es este el sistema que lleva incluido nuestro coche?

En primer lugar, es fundamental seguir las indicaciones básicas para cualquier emergencia o avería: detener el coche con el freno de mano en un lugar seguro, lo más llano posible y, a ser posible, bien asfaltado, colocarse el chaleco reflectante y utilizar los triángulos de emergencia para señalizar que el coche está parado.

Una vez hecho esto, comenzamos a utilizar el kit quitando el tapón de la válvula de la rueda, utilizando también la herramienta que incluye para extraer la pieza (obús) que impide que salga el aire, situada justo debajo de la válvula. Antes de abrir el bote, debes ponerte guantes ya que se trata de un líquido corrosivo.

• Si el kit es manual debes abrir el bote, conectar el tubo a éste y a la válvula y verter el líquido en el interior. Luego, desconecta el tubo de la válvula, vuelve a poner el obús e infla el neumático con el compresor hasta los 2,5 bares.

• Si el kit es automático: abre el bote y encájalo en el compresor. Después, conecta éste a la válvula y acciona el compresor (con el coche encendido para no dañar la batería) así el líquido se introducirá en conjunto con el aire hasta alcanzar la presión de 2,5 bares.

• Si el kit es de mecha debes introducir el punzón para realizar un agujero más grande y colocar una de las mechas del inyector que la sujetará justo por el medio. A continuación, introduce el inyector con la mezcla por el agujero hasta el tope del mismo y cuando esté relleno extráelo girando un cuatro de vuelta para que la mezcla quede taponando el pinchazo. Finalmente, corta el trozo de la mezcla que sobra e infla la rueda con el compresor y ya estará listo para seguir caminando.

Una vez aplicado el kit y antes de continuar la marcha, debes revisar la presión del neumático y tener en cuenta que es necesario cambiar el neumático en cuanto sea posible.

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Fuentes: OCU, Autofácil