Un aspecto fundamental para asegurar una buena vida útil para tu vehículo es realizar un correcto mantenimiento del mismo, cosa que muchas veces dejamos de lado o intentamos abaratar. Es común no percibir que con este gesto, no solo disminuimos la seguridad de nuestro coche en la carretera, sino que además podemos ocasionarle averías de un coste tan elevado que incluso nos haga plantearnos cambiar de coche. Y es que, como se suele decir, a veces lo barato sale caro. Por ello, y siguiendo con los refranes, más vale prevenir que lamentar y realizar los mantenimientos necesarios en tu taller mecánico habitual.

Existen descuidos muy comunes en el cuidado de nuestro vehículo que pueden salirnos muy caros.

El primero de ellos, es la falta de revisión de la correa de distribución. Se trata de un elemento fundamental del vehículo que, si llega a romperse, ocasiona tal destrozo en el motor que puede que ni merezca la pena arreglar. Por este motivo, aunque sea una de las tareas de mantenimiento con un coste más elevado, es conveniente no descuidar los plazos o el kilometraje recomendado por el fabricante para realizar su cambio.

Estos pueden cambiar según el modelo y el uso que le demos al coche, pero la primera revisión suele rondar en torno a los 80.000 km y su sustitución a los 150.000 km o cada 5 años.

Otro descuido importante es el control del aceite en el motor, ya que se trata de una de las acciones preventivas más sencillas pero en ocasiones olvidada. Para comprobar este nivel de aceite podemos simplemente ver los niveles en la varilla y, en caso de duda, acudir a un taller mecánico. No obstante, la mayoría de los coches actuales cuentan con testigos en el cuadro que se encienden cuando estos niveles caen y es necesario reponerlos.

Las consecuencias de dejar al motor sin aceite son que las piezas más importantes para su funcionamiento pierden lubricación y friccionan, elevando tanto la temperatura que pueden llegar a gripar el motor. Esta es una de las averías más costosas que puede provocar incluso que tengamos que sustituir el motor completo.

No obstante, tan malo es quedarnos sin aceite como tener exceso del mismo, ya que si el motor tiene mucho aceite puede entrar en los cilindros y recibir más aire del debido, lo que ocasionaría sobrecalentamientos. Este problema se solucionaría acudiendo al taller mecánico para eliminar los excesos de aceite, ya que se trata de una de las operaciones de mantenimiento más económicas.

Y hablando de excesos de temperatura, otro aspecto básico es el control del líquido refrigerante. El anticongelante protege al coche de las bajas temperaturas y de formaciones calcáreas en los circuitos de refrigeración. Quedarse sin este líquido provoca un sobrecalentamiento que ocasiona grandes y costosas averías, entre ellas la rotura de la culata, que es una de las más habituales.

Hay otro error que, aunque pueda parecer raro, es más habitual de lo que pensamos, que es la confusión a la hora de repostar. Si echas el combustible equivocado, lo más recomendable es no arrancar el coche y avisar a un taller mecánico para que lo extraiga y limpie los conductos. Si además de confundirte en el respostaje, no te das cuenta del error y arrancas y circulas con el coche, la avería puede ser muy grave.

Por último, si te entra agua en el depósito del combustible por la lluvia o cualquier otra situación, puede provocar la oxidación del depósito y ocasionar un destrozo importante. En este caso, lo importante es, una vez que se detecte, hacer que tu taller mecánico lleve a cabo un vaciado y limpieza del depósito.

Estas son alguna de las averías más frecuentes a las que podemos hacer frente por un escaso interés en el mantenimiento de nuestro coche y que podemos subsanarlas con algo tan básico como una visita al taller mecánico cada cierto tiempo o kilometraje.

Os recordamos que en Ricardo Automoción, tu taller de chapa y pintura de León, somos también taller mecánico y llevamos a cabo estos y cualquier otro trabajo mecánico que tu vehículo pueda requerir. ¡Te esperamos!