El parabrisas puede considerarse uno de los elementos de seguridad de un vehículo, ya que cualquier pequeña alteración en el mismo puede dificultar la visibilidad a la hora de circular y provocar un accidente, por ello es importante subsanar cualquier avería que pueda surgirle.

La luna parabrisas puede ser muy costosa, sobre todo en algunos modelos de coches, pero por ello, el principal punto a tener en cuenta es incluir las lunas a la hora de contratar el seguro obligatorio del vehículo, cosa que facilita mucho las cosas en el caso de tener que hacer frente a una reparación de este tipo en un taller de chapa y pintura.

En principio puede parecer que el único motivo para sustituir un parabrisas es en el caso de que esté roto o presente una raja o una grieta, sin embargo, hay más defectos que pueden ser peligrosos a la hora de conducir y que es necesario subsanar, además de que pueden provocar un rechazo a la hora de pasar la ITV:

• Parabrisas rayado: en la mayoría de los  casos se debe a un mal mantenimiento de las escobillas, cosa que puede evitarse sustituyendo éstas antes de que provoquen rayas en el cristal que reducen la visibilidad.
• Parabrisas esmerilado: este defecto está generado por circular por zonas con polvo y arena. Son peligrosos, porque provocan que las escobillas no limpien bien en caso de lluvia y reducen la visión al conducir con sol y de noche con las luces de otros vehículos.
• Rajas en el parabrisas: este defecto directamente ocasiona rechazo en la ITV, incluso sin estar en el campo de visión, ya que estas rajas tienden a extenderse y suelen provocar la rotura del cristal. Existen otras roturas más pequeñas, los típicos chinazos, con los que no suelen echarte para atrás en la inspección pero que, no obstante, también hay que tener en cuenta.
• Laminado despegado: se trata de zonas que parecen empañadas en los bordes del parabrisas que no desaparecen ni limpiando la luna. Esto se produce porque las lunas están formadas por dos vidrios adheridos a una lámina plástica y, a veces, comienzan a despegarse, permitiendo que se filtre la humedad.

Algunos de estos defectos se pueden reparar sin necesidad de sustituir el limpiaparabrisas, pero otros directamente exigen su sustitución. Las rayaduras y el cristal esmerilado, si no son muy profundos, se pueden reparar puliendo la luna, pero este tipo de reparaciones no suelen estar cubiertas por la póliza del seguro al no existir rotura. Si la luna presenta un chinazo o “bulleye” y le ponemos solución a tiempo, puede repararse utilizando unos adhesivos especiales pero si la rotura es más grande o está rajada, ya no es posible la reparación en ningún caso.

No obstante, la mejor forma de prevenir es acudir a tu taller de chapa y pintura en cuanto detectes cualquier anomalía y ponerle solución cuanto antes, a fin de evitar averías mayores. Consulta aquí nuestro servicio de sustitución de lunas y solicita cita previa si lo deseas.

Fuente: www.autocasion.com